Reflex culinarias (dedicado al astrónomo infinito)
Instantes predilectos
¿Astronomía? oye pero que interesante suena eso ¿De qué podrías trabajar, eso a de ser muy difícil no?Es la clásica pregunta cuando uno sale de prepa, sale a flote entre los adultos cuando no tienen nada que platicarle a un adolescente : ¿Qué vas a estudiar? Por más que me esforzara a pronunciar una robusta G los oídos era necios para escuchar a esa huerfana G.
No, no lo que quiero estudiar es gastronomía. ¿Por qué no estudiar y tomarme en serio lo que a mi me gustaba, lejos de las matemáticas y física de quienes tanto huía... las estrellas como un caramelo visual, pero nunca como un objeto al cual se le va la magia diluyendola con ecuaciones y numeros brincando de un lado a otro, de la página a la calculadora.
Y es que no hay experiencia mas cercana de estar a centímetros del sol que estar parado ocho horas en una parrilla danzando con las manos entre estofados y potajes, parece que el tiempo, se detiene o se va corriendo tras el bouquet que las generosas hierbas y aceites van dejando a su paso, el mejor sauna restaurador y vigorizante que convierte al hombre en seres de fuego eternos.
El infinito perfecto que aún sin fórmulas ni estudios previos el arte de comer no tiene fín. Es de asombro, habitala incertidumbre en donde el cocinero está a los pies de la caprichosa naturaleza. ¿Que pasaría si un día nos negara la cebolla, o si no existiese nunca? aquí no hay imposibles, no se permite un "no hay" por eso es interminable. No es por jugar a Dios, basta con su licencia de poder de inventiva para que ese infinito siga circulando ...
No, no lo que quiero estudiar es gastronomía. ¿Por qué no estudiar y tomarme en serio lo que a mi me gustaba, lejos de las matemáticas y física de quienes tanto huía... las estrellas como un caramelo visual, pero nunca como un objeto al cual se le va la magia diluyendola con ecuaciones y numeros brincando de un lado a otro, de la página a la calculadora.
Y es que no hay experiencia mas cercana de estar a centímetros del sol que estar parado ocho horas en una parrilla danzando con las manos entre estofados y potajes, parece que el tiempo, se detiene o se va corriendo tras el bouquet que las generosas hierbas y aceites van dejando a su paso, el mejor sauna restaurador y vigorizante que convierte al hombre en seres de fuego eternos.
El infinito perfecto que aún sin fórmulas ni estudios previos el arte de comer no tiene fín. Es de asombro, habitala incertidumbre en donde el cocinero está a los pies de la caprichosa naturaleza. ¿Que pasaría si un día nos negara la cebolla, o si no existiese nunca? aquí no hay imposibles, no se permite un "no hay" por eso es interminable. No es por jugar a Dios, basta con su licencia de poder de inventiva para que ese infinito siga circulando ...
Comentarios
saludos desde el otro lado del sistema (g)astronómico